Project Description
El Circo más famoso del Pirineo (sin payasos).
INFORMACIÓN DE LA ACTIVIDAD
- Autor actividad: Ignacio
- Tipo actividad: Montañismo
- Participantes: Ignacio
- Fecha comienzo de actividad: 4 de Julio de 2016
- Jornadas: dos
- País: España
- Zona-Localidad-Término Municipal: Torla
- Sierra: Pirineos
- Paraje: Circo de Gavarnie
- Meteo durante la actividad: sabado de los ultimos coletazos de una borrasca, mal tiempo y falta de visibilidad. Domingo, sol y moscas.
DESDRIPCIÓN DE LA ACTIVIDAD
Nadie que no haya estado por allí debe hablar con alegría de la belleza del Pirineo, o si.
La corona de la Reina de Gavarnie guarda encastrada siete preciosas joyas. Desde tiempos geológicos no muy lejanos, y es que hace apenas un suspiro, las potentes fuerzas de la naturaleza quisieron dar a este humilde rincón de la tierra una inexplicable belleza. No solo lo agreste y salvaje del lugar es arrebatador, también la perspectiva permite al insignificante paseante, tener por un momento la sensación de armonía con un lugar que no nos pertenece. Y así es, cuando se consigue asomar por lo más alto de la corona los deseos de explicar todo aquello con sesudas disertaciones son grandes, más es esfuerzo inútil, no tiene explicación, por inabarcable y hermoso. No lo intentéis, solo sonreír.
Pero entonces ¿Cuáles son esas preciosas joyas que engalanan tan peculiar corona?. Si nos adentramos en ella por el Oeste, haga el esforzado caminante lo que quiera que suyo es el esfuerzo, nos vamos a encontrar en el Casco del Marboré (3006) y de forma casi espontanea y como buenos vecinos que son, nos damos con la Torre, de Marboré claro, que aquí casi todo lleva este apellido. Algo más de caminata por el mismo filo de la corona, por todo lo alto, y sin dejar de abrir la boca cada vez que nos atrevemos a asomar al abismo del circo de Garvarnie, están el resto, la Espalda del Marboré (3073), Los tres Picos de la Cascada ( la más alta de Europa dicen) y cerrando tan singular engarzamiento, el propio Marboré (3248), el que presta su apellido a los demás.
Dicen las guías, siempre optimistas, que puedes tardar desde Sarradets más o menos 5-6 h; esto en condiciones favorables, a saber sol y moscas o visibilidad buena. También dicen que te puedes perder si la meteo es mala o no ves ni a jurar, Pues bien, lo de las horas es orientativo, lo de que te puedes perder si no ves, es casi de cajón y pasa.
Para visitar todos estos tresmiles, los coleccionistas de picos lo pueden hacer desde sitios muy diversos, Bujaruelo, Ordesa por Carriata, el mismo Garvarnie……..
Si se opta por Bujaruelo, nos espera hasta Sarradets, refugio francés a los pies de la Sierra homónima, entre 2 y 3 h de marcha más bien tirando a
tediosa que hay que pillar con la fresca. A partir de Sarradets nos adentramos en un camino lleno de hitos de esos que aparecen en las leyendas y los libros de historia, de montañismo o no. Así, a meternos en la Brecha de Roland, no dejaremos de sorprendernos por tan curiosa formación. A estas alturas todo el mundo sabrá ya que fueron las fuerzas de la naturaleza y no el tal Roland huyendo de las hordas hispanas, quien abrió tan tremendo tajo, que además sirve de enorme puerta franco-española. NO sin cierto acogote en en la cabeza por todo lo que tenemos encima dejamos atrás la afamada brecha y vamos a por el siguiente hito, el cuello y paso de los Sarrios. El nombre es altisonante y las cosas que se cuentan de este lugar acerca de su dificultad también, en fin, unas cadenas ayudan y acompañan en una vira diagonal en la parte más baja de la cara sur de Casco de Marboré, y así es porque lo que hacemos en realidad es buscar en toda esta pared un punto débil por el que poder atacar el Casco sin más ayuda que nuestras piernas, y por fin encontramos este punto en un pequeño circo formado por la Torre y el propio Casco; y nos encaramamos a este tras una reconfortante trepadilla.
Nos bajamos de esta la primera joya, en la que echamos un primer incrédulo vistazo hacia abajo, a Gavarnie. Sin dejar el pequeño circo y con la confianza que da eso de subirse a los tresmil metros, vamos directos a por la Torre, en este punto es deseable que el año de bienes haya sido también de nieves y la inestable pedrera este recubierta, así seguro que con la lengua fuera, alcanzamos la Torre, si se ve claro, sino lo que puede ocurrir es que la pasemos de largo por que a partir de aquí empieza una especie de transición por lo más alto. A la izquierda con el rabillo del ojo, más de cuatrocientos metros de “patio”, a la derecha la árida y pedregosa tierra de conejos. El transitar se hace agradable porque no hay ni que subir ni que bajar, y de golpe un paredón al que así a ojo, le echo cerca de un ciento de metros, es el lateral oeste de la Espalda del Marboré, que por aquí no se deja y hay que darle un buen rodeo hasta que sea posible.
De esta forma nos queda un buen trecho, a la izquierda pared y más pared aparentemente poco amigable, a la derecha más España, hasta que por fin, los rigores minerales aflojan y nos deja el terreno dar un giro de 180 grados y encaramarnos al resto de las joyas de esta corona. La Espalda del Marboré es El Balcón, así con letras gordas. Aquí merece la pena dejarse llevar por lo que nos rodea y lo que se abre a nuestros pies. Los picos de la cascada, espolones de roca desgastada, ahora gris luego naranja, se dejan visitar sin más trámites que alguna pequeña trepadilla y para rematar, el Marboré, curiosa cima envidia de la plaza de cualquier pueblo, por amplitud y panorámica, a la que se llega tras aburrido y pedregoso cuestarrón.
Con los deberes hechos, solo queda buscar un buen lugar donde dejar descansar la vista y los huesos del cuantioso esfuerzo. Y asi encontramos algún que otro abrigo bajo el Pitón sw del Marboré donde pasar la noche.
Por fin en este punto y con el objetivo cumplido, hay diversas opciones, a saber, o bajarse a la cuasicivilización, en Goriz, o volver por tus pies hasta Sarradets en busca de conversación, sopa caliente y cama blanda; o bien buscarse un confortable chaletito de altura de los que abundan al cobijo de la pared sur oeste del pitón del Cilindro, de Marboré claro.
INFO DE INTERÉS
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